La asistencia
electoral fue de 47% del padrón electoral, cifra que para unas municipales es
alta, si se compara con las presidenciales, parlamentarias y regionales de
Chile de noviembre 2017, donde la abstención fue de 55%.
El chavismo se hace
con 71% de los votos, son mas de 6 millones 500 mil votos chavistas, superando
la cifra alcanzada en las pasadas regionales.
Solo 3 partidos de
los 24 que integran la MUD no participaron, aunque sus dirigentes se fueron con
otras tarjetas. En total, la oposición presentó más de 1500 candidatos.
El chavismo ganó el
92% de los municipios del país, unos 309 de los 335 que estaban en disputa. El
93% de la población vive hoy en municipios ganados por el chavismo.
El chavismo gana el
estado Zulia contra un histórico caudillo, Manuel Rosales, con casi 60% de los
votos. Zulia es el estado mas densamente poblado del país.
El chavismo gana 22 de
24 capitales del país (excepto San Cristóbal y Mérida).
La fragmentación de la
MUD, las candidaturas paralelas, la apatía electoral de sus seguidores y malas
gestiones municipales, fueron factores determinantes y catastróficos para la oposición.
Se desmonta por vía
matemática el insistente señalamiento de que el chavismo está políticamente
desvanecido y que tiene un 85% de rechazo de la población; esto ha resultado ser una
campaña de manipulación para deslegitimar al gobierno y promover acciones desde el
extranjero.
El chavismo es una
indiscutida fuerza convocante electoral, muy solida y políticamente muy
cohesionada.
Por Rosemary Castillo (Caracas)
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