lunes, 9 de febrero de 2015

Paracaídas Dorados: Wall Street paga para gobernar en Estados Unidos






Se trata de una práctica común en el sistema capitalista. Los banqueros compran a los políticos que ocupan puestos importantes en la administración pública para conseguir el "visto bueno" del gobierno cuando lo necesitan, es la historia de siempre, la corrupción es el pan de cada día en el gobierno de Estados Unidos, eso es de conocimiento general. Pero en esta oportunidad se produce algo peculiar: los bancos otorgan enormes sumas de dinero a empleados que renuncian para optar a algún cargo del gobierno; es decir, las corporaciones bancarias han creado políticas para beneficiar de antemano a cualquiera de sus empleados que trasciendan a la esfera gubernamental. 

La sorpresa es que estos "ex-empleados" siempre terminan ocupando cargos en la secretaría del Tesoro de EE.UU. o en la Reserva Federal y si el salario promedio de estos ejecutivos es menor que estos millones en premios, se genera la interrogante: ¿Para quiénes trabajan en realidad los funcionarios del gobierno de EE.UU.? Se conoce que Citigroup, Goldman Sachs y Morgan Stanley serían tres de los principales bancos de Wall Street que otorgan estos "premios" multimillonarios llamados: "Paracaídas dorados".

Según un reportaje del periodista David Dayen, publicado en
NewRepublic, estos mismos bancos han enviado cartas desesperadas a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC -siglas en inglés-) buscando la eliminación de una propuesta de la coalición laboral AFL-CIO (Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales) que los obligaría a revelar los nombres de todos los ejecutivos que reciben estos beneficios financieros y los montos específicos otorgados en dólares. Según los detractores, aclara Dayen, "estos paracaídas dorados garantizan la infiltración de operadores financieros en posiciones políticas que aseguran un trato favorable hacia Wall Street".
 

Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO.

Al respecto, Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO, expresó en un comunicado que "como accionistas de estos bancos, tenemos derecho a saber la cantidad de dinero que hemos prometido regalar a estos altos ejecutivos que se van a tomar cargos en el gobierno". "Es una pregunta simple, pero los bancos no la quieren responder. ¿Qué están tratando de ocultar?", prenguntó.

Pero las empresas bancarias se esconden en rincones "legales" como, por ejemplo, una ley estadounidense de "Creación de Trabajos" del año 2004, que tiene una excepción para que los empleados que se retiran para trabajar como funcionarios públicos puedan recibir pagos de este tipo. Los críticos, como Michael Smallberg, investigador del Proyecto de Supervisión del Gobierno (POGO -siglas en inglés-) se preguntan si los regalos están destinados a llenar el gobierno de caras amables que actuarán en interés de su antiguo empleador. Un informe de 2013 de POGO revela este tipo de prácticas con lujo de detalles. Según la óptica de Smallberg, esta situación "alimenta la puerta giratoria entre los bancos y el gobierno".

Barack Obama anuncia Jack Lew, ex empleado de Citigroup, como su nominado para la secretaría del Tesoro.
  
Antonio Weiss, por ejemplo, es un ex banquero de inversión de Lazard y está ahora sirviendo como consejero del secretario del Tesoro Jack Lew; Weiss reconoció en declaraciones financieras que le pagarían $ 21 millones por retirarse del banco. El reportaje de Dayen también revela que Goldman Sachs normalmente ofrece "una cantidad en efectivo" para ejecutivos que se convierten en funcionarios públicos y que muchos de los "ex-empleados" de Citigroup trabajan ahora en el gobierno. El propio Jack Lew, es un trabajador retirado de Citigroup que utilizó el "paracaídas dorado" para aterrizar en el departamento del Tesoro de Estados Unidos. Y otro, Stanley Fischer, que salió del Citigroup hacia la vicepresidencia de la Reserva Federal. Y otro más, Michael Froman, un "ex" de Citi que recibió casi 5 millones de dólares cuando se retiró de la corporación para infiltrarse en la administración Obama

Sin embargo, el secretismo de Wall Street no ha sido tan efectivo y las reacciones no se han hecho esperar, en noviembre pasado, Trumka escribió cartas a Citigroup, Goldman Sachs, Morgan Stanley, JPMorgan Chase, Bank of America, Wells Fargo y Lazard pidiendo que explicaran de qué forma la acción de "dar incentivos a los ejecutivos que se retiran para ser funcionarios públicos" beneficia a los accionistas o a la compañía. "No nos dieron una respuesta satisfactoria", dijo Heather Slavkin Corzo, director de la Oficina de Inversiones de la AFL-CIO, refiriéndose a que estos bancos rechazan las críticas y niegan la existencia de los "paracaídas dorados", o al menos los justifican, como hizo Citi, que en una carta respondió con un argumento basado en un artículo del columnista del New York Times, Andrew Ross Sorkin, que celebraba estas prácticas como una manera de "fomentar el servicio público". "Esa no es más que una opinión", respondió la AFL-CIO, que insiste en la divulgación completa de la práctica, con nombres de cada ejecutivo elegible para los premios y las cantidades en dólares que se le otorga.

   
La AFL-CIO espera que la SEC tome una decisión sobre la situación en los próximos meses. "Sería muy lamentable que a los accionistas no se les permita obtener información básica sobre lo que se hace con su dinero", dijo Slavkin Corzo.


FAR

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